| Rafael de León - Lluvia |
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¡Te quiero!, -me dijiste, y la flor de tu mano puso un arpegio triste sobre el viejo piano.
( En al ventana oscura la lluvia sonreía... Tamboril de dulzura. Gong de melancolía.)
-¿Me querrías tú lo mismo?- Y en tu voz apagada hubo un dulce lirismo de magnolia tronchada.
( La lluvia proseguía llorando en los cristales... Cortina de agonía. Guadaña de rosales.)
-¡Para toda la vida!-, te dije sonriente. Y una estrella encendida te iluminó la frente.
( La lluvia proseguía llamando en la ventana con una melodía antigua de pavana.)
Después, casi llorando, yo te dije: -¡Te quiero!- Y me quedé mirando tus pupilas de acero.
-¡Para toda la vida!- dijiste sonriente, y una duda escondida me atravesó la frente.
( En la ventana oscura la lluvia proseguía rimando su amargura con la amargura mía.)
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